Autobuses que intimidan.
El silencio de los vehículos eléctricos es una bendición, pero también un peligro potencial. Por ello, Volvo equipa sus autobuses eléctricos con tres seguridades. Una es un ruido de conducción añadido, otra para advertir al conductor de que se aproximan peatones o ciclistas. Y si todo lo demás falla, el autobús tocará la bocina sin tener en cuenta los peligros de provocar un infarto al conductor, a los pasajeros o a los transeúntes.
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