Al parecer, Toyota se fija en el fabricante de vehículos eléctricos en dificultades Neta para reactivar su estrategia en China
Al parecer, Toyota está considerando la adquisición del fabricante chino de vehículos eléctricos Neta Auto, afectado por la crisis, en un posible movimiento para reforzar su estrategia de vehículos eléctricos en China. Según los medios de comunicación chinos Tecnología Kuaiy, citado por CocheNoticiasChina, las conversaciones están en marcha pero siguen sin ser confirmadas por el fabricante de automóviles japonés.
A pesar de la crisis operativa, Neta mantiene activos estratégicos, incluida la experiencia en el mercado local, los vínculos con los proveedores y las licencias de producción, elementos que Toyota podría aprovechar para acelerar su impulso a la electrificación en China, donde actualmente se encuentra por detrás de gigantes nacionales como BYD y Nio. Aunque el portavoz de Toyota China, Xu Yiming, negó tener conocimiento de conversaciones en curso, una adquisición exitosa representaría un raro caso de un OEM japonés que adquiere una firma china de VE, una señal de la intensificación de la competencia en el panorama de la movilidad eléctrica de la región.
Fundada en 2014 por Hozon New Energy Auto, Neta Auto se ha enfrentado a importantes dificultades financieras desde mediados de 2024, con paradas de producción, despidos masivos e intentos fallidos de reunir capital. Se dice que Fang Yunzhou, fundador y CEO durante muchos años, se centró demasiado en los canales B2B tras los primeros éxitos y descuidó otras áreas.
La valoración de Neta ha caído en picado. En marzo de 2025, los medios de comunicación chinos informaron de que Neta había despedido a todo su equipo de investigación y desarrollo en medio de una escalada de turbulencias financieras, poniendo aún más en duda la capacidad de la empresa para recuperarse de forma independiente.
Según los medios de comunicación chinos, el revés más reciente de la empresa en materia de financiación se produjo en febrero de 2025, cuando fracasó un acuerdo de financiación de la ronda E que tanto necesitaba. Un inversor respaldado por una nación BRICS había prometido 3.000 millones de yuanes (unos 386 millones de euros), condicionados a la reanudación de la producción y a la obtención de capital equivalente. Ninguna de las dos condiciones se cumplió, lo que provocó la retirada de la inversión.
Neta reanudó brevemente las operaciones en su fábrica de Tongxiang en enero, pero la persistente escasez de componentes forzó otro cierre. En mayo, la empresa había acumulado unas pérdidas de 18.300 millones de yuanes (2.360 millones de euros) en los últimos tres años, y aún debía 6.000 millones de yuanes (775 millones de euros) a sus proveedores, según CocheNoticiasChina. Una propuesta de reestructuración de la deuda -convertir 70% del pasivo en capital- no ha logrado hasta ahora tranquilizar a los acreedores.
También hay repercusiones internacionales. En Tailandia, donde Neta se benefició anteriormente de subvenciones para vehículos eléctricos, la empresa se arriesga a importantes sanciones económicas si no cumple los objetivos de producción local para finales de 2025.
Una vez más, aún no se ha confirmado ningún acuerdo ni siquiera las intenciones de Toyota. No obstante, una adquisición podría ofrecer a Toyota un atajo hacia el conocimiento del mercado local, las redes de proveedores y los activos de fabricación en su intento de aumentar su huella de movilidad eléctrica en China, donde los actores nacionales como BYD dominan actualmente el mercado.
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