
El pacto del transporte eléctrico de mercancías se deshace: Einride lleva a Maersk a los tribunales
El especialista sueco en camiones eléctricos Einride ha iniciado acciones legales contra la compañía logística danesa A.P. Moller-Maersk por un acuerdo abandonado para desplegar 300 camiones pesados eléctricos de batería en Estados Unidos. La demanda, presentada ya en noviembre de 2024, fue comunicada por primera vez por el medio danés Børsen y luego el Wall Street Journal.
La asociación entre Maersk y Einride, anunciado en 2022, se presentó como "uno de los mayores acuerdos jamás realizados para hacer sostenible el transporte". Según el acuerdo, Einride habría proporcionado a Maersk 300 camiones eléctricos de batería entre 2023 y 2025. Además, la empresa logística iba a tener acceso a 150 estaciones de carga y servicios de conectividad vinculados al sistema operativo Saga de Einride.
Sin embargo, parece que las cosas no salieron como estaba previsto. En unos documentos muy redactados presentados ante el Tribunal Superior del condado de Los Ángeles, que el Wall Street Journal tenía acceso, Einride alega que Maersk y sus filiales estadounidenses se retiraron del acuerdo "tras no poder cumplir sus propios objetivos de ventas de capacidad eléctrica". Einride afirma que se había comprometido a realizar pedidos de vehículos, infraestructuras de recarga y contrataciones a escala nacional sobre la base del calendario del programa de Maersk para los estados norteamericanos de California, Illinois y Nueva Jersey.
Maersk cuenta una historia ligeramente diferente. Según la empresa danesa, fue Einride la que no cumplió el contrato y la que no entregó los camiones. El medio de comunicación estadounidense cita a un representante de Maersk, en respuesta a la demanda, diciendo que su empresa "no tuvo más remedio que rescindir nuestro contrato con Einride en noviembre de 2024 debido a que no entregaron los vehículos eléctricos adicionales ya pedidos y también a que no pagaron a sus proveedores en su momento." Al parecer, Maersk declinó hacer más comentarios debido al litigio en curso.
Einride rechazó esta versión. Un portavoz dijo: "No estamos de acuerdo con la caracterización que hace Maersk de las circunstancias y en parte por eso iniciamos acciones legales contra Maersk".
Einride, fundada en 2016 y que se prepara para una posible cotización en bolsa, argumenta que el cambio abrupto la dejó expuesta tras comprometerse a realizar adquisiciones y a ampliar su plantilla. La disputa legal implica reclamaciones por daños y perjuicios y el pago de honorarios que Einride dice que se le adeudan en virtud del acuerdo.
¿Intentó Maersk cambiar los términos del acuerdo?
El caso expone la tensión comercial en torno a la ampliación de las flotas de transporte de mercancías de emisiones cero en EE UU. Ambas empresas habían posicionado el proyecto de 300 vehículos -y sus 150 estaciones de carga asociadas- como un paso central en el plan a más largo plazo de Maersk para alcanzar las emisiones netas cero de gases de efecto invernadero en 2040.
Los camiones iban a ser utilizados por el negocio norteamericano de almacenamiento, distribución y transporte de Maersk denominado Performance Team - A Maersk Company. "El pedido de hoy es un paso importante en la construcción de nuestra base de descarbonización terrestre de extremo a extremo, al tiempo que abordamos los puntos débiles del transporte terrestre de los clientes", comentó en su momento Vincent Clerc, consejero delegado de Maersk, sobre el pedido.
Sin embargo, la demanda de Einride afirma que en otoño de 2024, Maersk comenzó a reevaluar sus operaciones eléctricas en EEUU. Según la demanda, y el Wall Street Journal, el cambio se comunicó en un correo electrónico fechado el 16 de octubre de 2024, en el que Maersk decía a Einride que no podía "ver un camino a seguir en el que ambos podamos dirigir un negocio sostenible como socios bajo la construcción actual -considerando las condiciones externas del mercado y dada la situación actual". Los documentos también afirman que durante una reunión en Copenhague a principios de noviembre, Maersk advirtió que saldría de los acuerdos a menos que Einride aceptara "fuertes descuentos".
La incertidumbre obstaculiza la electrificación a gran escala
En todo el sector, la adopción en EE.UU. de camiones pesados eléctricos de batería se ha enfrentado a vientos en contra. Los operadores citan los elevados costes iniciales de los vehículos y de las infraestructuras, junto con la escasa disposición de los cargadores a pagar primas por servicios de bajas o nulas emisiones.
Además, existen contratiempos políticos que minan la electrificación de las flotas de camiones en EE UU. Tomemos California como ejemplo. El Estado Dorado había estado a la vanguardia de la promoción de más semirremolques de emisiones cero, poniendo en marcha una legislación llamada Advanced Clean Trucks, o ACT, en 2021. A ésta le siguió Advanced Clean Fleets, o ACF, que obligaba a que las flotas públicas y privadas sólo pudieran adquirir vehículos de emisiones cero en 2036.
Sin embargo, el estado necesitaba una exención de la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense (EPA) para adoptar el ACT y el ACF. Recibió luz verde para lo primero, pero aún no para lo segundo. Y después de que el presidente estadounidense Donald Trump asumiera el cargo, la EPA incluso revocó la exención, lo que significa que el estado ya no podía aplicar las normas de emisiones cero para los camiones grandes. Todas estas idas y venidas dificultan a las empresas planificar sin perder de vista su cuenta de resultados.
Es probable que el resultado del pleito sea seguido de cerca por los operadores logísticos y los proveedores de tecnología, ya que los proyectos de transporte de mercancías a gran escala con cero emisiones siguen siendo fundamentales para cumplir los objetivos climáticos de las empresas, pero continúan enfrentándose a la complejidad económica, normativa y operativa.



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