Audi podría abrir su propia planta en EE.UU.
De todos los fabricantes de automóviles alemanes, Audi se ve especialmente afectada por los aranceles de la administración Trump. A diferencia de BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen, Audi no tiene una fábrica en Estados Unidos. Pero con la introducción por parte del presidente Trump de aranceles adicionales del 25% sobre los vehículos importados de Alemania y México, donde se encuentran las principales plantas de Audi, el fabricante de automóviles se enfrenta a un serio desafío. Aunque los aranceles sobre los vehículos procedentes de México se han reducido desde entonces al 15%, sigue siendo una carga significativa.
La situación actual es económicamente insostenible para Audi. La mera absorción de los aranceles afectaría gravemente a su cuenta de resultados, mientras que repercutir el coste adicional a los clientes sería difícil de justificar. Esto ha creado una presión cada vez mayor en Ingolstadt, y puede que ahora la marca alemana se arrepienta de no haber establecido antes una planta dedicada a EE.UU. A principios de mayo, se supo que Audi estudia lanzar la producción local.
Ahora, ante la reactivación de la política arancelaria de Trump, Audi está dispuesta a tomar una decisión rápida sobre una estrategia de fabricación en EE UU. Según la revista alemana Der Spiegel, una fábrica totalmente nueva parece actualmente más probable que las opciones anteriores, incluida la producción compartida en la actual fábrica de VW Planta de Chattanooga en Tennessee, donde ya se construye el ID.4 totalmente eléctrico, o en las instalaciones que Scout Motors está construyendo en Blythewood, Carolina del Sur, donde se colocó la primera piedra. en febrero de 2024.
Der Spiegel escribió que si Audi decide construir su propia fábrica, lo más probable es que sea en el sur, lo que permitiría a la empresa aprovechar la red de proveedores existente del Grupo VW. Según los informes, dicha fábrica emplearía entre 3.000 y 4.000 trabajadores. La producción en serie podría comenzar a finales de 2027 o principios de 2028.
Sin embargo, antes de que el consejo de Audi tome una decisión definitiva sobre la producción en EE.UU., la empresa tiene previsto esperar el resultado de las conversaciones comerciales en curso entre EE.UU. y la UE. Las condiciones arancelarias finales aún podrían reducirse. Por otra parte, los primeros meses del segundo mandato de Donald Trump han puesto de relieve su imprevisibilidad, y sigue sin estar claro si un futuro acuerdo proporcionará una certidumbre duradera.
Independientemente del resultado, el establecimiento de una huella de producción local aportaría algo más que la exención de aranceles para los vehículos fabricados y vendidos en Estados Unidos. Audi también podría beneficiarse de mecanismos de crédito para los coches fabricados en el país pero exportados al extranjero - con esos créditos compensando potencialmente los aranceles sobre las importaciones procedentes de Alemania o México. Un modelo así sería especialmente ventajoso para vehículos más grandes como el Q8.
spiegel.de (en alemán)
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